jueves, 7 de mayo de 2020

Mi confinamiento



El confinamiento llegó de improvisto y desde entonces me ha obligado a adaptarme a una nueva rutina. Tras cincuenta y un días ya no me levanto a las siete de la mañana para ir al instituto, sino que se me pegan un poco las sábanas y a las diez y media me levanto, desayuno con mi familia y, mientras mi hermana trabaja, yo me dedico a hacer las tareas de la semana. 
Sobre las dos y media solemos comer, y es tradición retarnos mientras vemos La ruleta de la fortuna, por desgracia aún no he conseguido vencer a mi hermana, pero tiempo al tiempo. Cuando hemos recogido todo, mi madre suele pasear con Drako, nuestro perro y yo comienzo mi tiempo de ocio en el que realizo actividades variadas, aunque ver series ocupa gran parte de mi tiempo. A las seis llega la hora de ponerse a entrenar, porque si algo hecho de menos del tiempo pre cuarentena es poder ir a entrenar socorrismo, por eso muchos días me enfrento a los diferentes retos que propone mi club. Normalmente acabaría mi día cenando con mi familia y yendo a dormir a la espera de un nuevo día. Sin embargo, desde el sábado pasado e incorporado una nueva actividad a mi rutina, a las ocho salgo a pasear a mi perro junto a mi familia yendo al campo para disfrutar del aire fresco, ese que tanto hemos echado de menos en estos días de confinamiento estricto. 

1 comentario:

  1. Espero que pronto puedas volver a entrenar...Hay que agradecer a todos esos entrenadores que en el confinamiento han propuesto actividades para tener la mente y el cuerpo ocupados

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